Thursday, June 02, 2005

Monogamo?

Quizá la mayor fuente de malentendidos entre machos y hembras de la especie Homo sapiens tiene que ver con la radical diferencia en nuestro tipo de apetito sexual: las mujeres, más sabias y selectivas, prefieren la calidad (y están dispuestas a la poliandria sólo si hay buena calidad y pocos golpes); los hombres, más impulsivos y menos remilgados, preferimos la cantidad. Lo cual no quiere decir (en estos tiempos de píldoras anticonceptivas) que algunas mujeres no se atrevan a echar un polvo casual con un bruto joven y bien plantado, ni que los hombres se casen con la más tonta del barrio. Ni ellas ni ellos aspiran al compromiso duradero con idiotas, pero se acuestan con ellos si las circunstancias son propicias.
Claro que esta propensión al sexo casual y poco selectivo es más grande entre los machos. Hay un ejemplo perfecto para demostrar que esta diferencia es más biológica que cultural: cuando a una familia le sale una hija boba (digamos que el cordón se le enredó en el cuello al nacer y por falta de oxígeno tiene una lesión irreversible en el cerebro), cuando la muchacha llega a la adolescencia y empieza a manifestar apetencias sexuales y signos exteriores de fertilidad, la tienen que cuidar mucho si no quieren que quede embarazada. Nunca faltará el bestia masculino que la quiera preñar, por boba que sea y por mucho que se le note la bobada. Al revés, cuando a una pareja le sale un hijo bobo (digamos que por el mismo accidente umbilical), y éste llega a la edad de las ganas, no hay que cuidarlo mucho a este respecto: jamás encontrará mujer alguna que voluntariamente se lo dé. Las mujeres escogen bien y nunca van a querer que el papá de sus hijos sea un bobo, porque al fin y al cabo ellas saben muy bien quién va a cargar con el mayor peso en el momento de la crianza.
"¿Aspiras a la monogamia? Cásate con un cisne". Lo triste es que según los últimos estudios de marcadores de dna entre las crías, "la monogamia es en buena parte un mito, incluso entre los pájaros". Así que uno no puede asegurar la monogamia ni casándose con un cisne. O con una cisne. Porque aún las pájaras, incluso las que tienen más fama de fieles, se las arreglan para copular de modo clandestino con un macho disoluto, y no todos los huevos resultan haber sido fecundados por su consorte habitual. Voltea uno los ojos, y se la hacen en un segundo, detrás de una mata o debajo de un loto. Lo mismo pasa con los seres humanos, machos y hembras. Según estudios serios, al menos en Inglaterra entre el 10 y el 12% de los bebés nacidos en hospitales no son hijos biológicos del padre declarado.
No soy monógamo, soy tendencialmente polígamo. Igual que tú, hipócrita lector, mi semejante, mi hermanito. Aquel o aquella que no lo sea, que arroje la primera piedra.

Por Héctor Abad Faciolince

A VECES FUI

A veces fui un inconciente y un necio feroz que no escuchaba al hablar
hay tantas cosas que no te gustaban
y a veces tambien
tuve la suerte de ser mas prudente
y de atraer tu atencion
pero me doy cuenta

Yo se que si hoy puedo cambiar
por amor
debo empezar por aceptarme como soy
y es por mi que quiero ser mejor
para ti
si estoy mal soy yo quien no dejara de sufrir
y es asi que aunque vuelva a caer en el mismo lugar me podria levantar
caminar junto a ti
defenderte a morir

A veces fui un dictador y un tirano incapaz de preguntar ¿como estas?
hay tantas cosas que a ti te frustraban
y av eces tambien
tuve detalles que nunca olvidaste
y que te hicieron un bien
y ahora recuerdo

A veces fui